En la década de 1960 se vivía un momento de ebullición en Uruguay. En Punta del Este se comenzaba una época de vanguardia y era un momento en el que todo se iba modificando. La ciudad, sus formas, las playas, los bosques y las elevaciones rocosas no eran la excepción. 

Por esto no resulta extraño que el arquitecto Samuel Flores haya prestado atención en las grutas de Punta Ballena y que se le ocurriese la única idea en el mundo de hacer piscinas en las rocas de la playa.

En 1968 el arquitecto Flores comienza con su proyecto. El diseño parte de la idea de perforar la roca viva. Hizo una obra ambiciosa que debió luchar contra el mal tiempo. A pesar de esto las piscinas de las Grutas se inauguraron en 1968 con la presencia del entonces presidente uruguayo, Pacheco Areco, además de algunos embajadores.

En esa instancia había muchos funcionarios extranjeros, los que quisieron replicar la obra en sus playas. Así llevaron al arquitecto Flores a Francia. Lamentablemente las piscinas de las Grutas solamente duraron cuatro años, aunque en esos años tuvieron un gran éxito en turismo.

En 1972 fueron demolidas. Luego sufrieron algunos desperfectos y hace algunos años se mandó cuidar la zona natural. Se la limpió y actualmente están resguardadas por rejas por temor a posibles derrumbes. En la roca queda la pista de las piscinas secundarias, esculpidas en las piedras.

Sin dudas que este entorno natural es muy valioso y que se conserve es muy importante. Las grutas son cavernas que el mar ha hecho en las entrañas de Punta Ballena. Una de las mismas se destinó a una discoteca pero no prosperó. Justamente esa zona es muy grande y espaciosa. 

Con un techo abovedado irregular, con pasadizos menores.